viernes, 21 de octubre de 2016

Azul y Negro Los colores del techno


Azul y Negro

Los colores del techno



Azul y Negro siempre han sido una rara avis dentro de la música española. Pioneros indiscutibles del tecno pop, alcanzaron el éxito en 1982, cuando su canción Me estoy volviendo loco fue elegida como sintonía de la Vuelta Ciclista a España. Siempre a la vanguardia musical y tecnológica lograron en pocos años el reconocimiento internacional y una lista interminable de hitos históricos, como ser el primer grupo español en editar su música en CD.

Ahora, y tras la lucha incesante de Carlos Vaso, único miembro fundador en activo, Universal Music publica Dicromo 1981-1986, una caja en la que por primera vez se reeditan en CD los seis primeros discos del grupo, prácticamente olvidados. Un acto más que necesario con el que se reivindica el legado de uno de los grupos más exitosos de nuestro país.

Charlamos con un Carlos Vaso visiblemente emocionado sobre esta recopilación, las anécdotas que esconde y el concierto con el que la presentarán al público este miércoles 19 en la sala El Sol de Madrid.

Entrevista: Roberto Juanes

Notodo: Enhorabuena por esta caja de reediciones. Creo que se trata de la culminación de un sueño de muchos años.
Carlos Vaso: Era de justicia. No todo el mundo lo sabe, pero Azul y Negro fuimos los primeros en editar un CD en España, Suspense, en el año 1984, cuando ni siquiera había reproductores de CDs en los hogares. Pero claro, era un formato nuevo, incipiente y el resto de nuestros discos, tanto los tres primeros como los dos siguientes a Suspense se editaron en vinilo, que era el formato estándar y tradicional. Al principio todo bien, pero con el devenir de los años las compañías han ido reeditando en CD todos los discos de vinilo que tenían. Todas las bandas lo han hecho menos nosotros. Entonces era una cuestión de justicia, esto es una reivindicación de lo que Azul y Negro lleva pidiendo dieciocho años.
Nos sentimos una gran influencia de la música electrónica que ha venido después


En la nueva etapa yo he ido editando discos en mi propio sello, tengo hasta catorce álbumes, pero los fans siempre se quejaban de que no podían oír los primeros temas en CD. ¡Pero es que la compañía no quería saber nada! Lo intenté en el 2008 y me dijeron que no, que no lo veían claro. Lo dejé pasar ocho años y cuando hace unos meses, en abril, se lo volví a proponer cambiaron de idea y todo han sido facilidades desde entonces. La colaboración ha sido máxima, han masterizado con un maestro como es Juan Sueiro y hemos conseguido un sonido rotundo, brutal. Hemos añadido un montón de extras y le hemos puesto un precio inmejorable.



NTD: ¿Por qué crees que en Universal dan ese cambio ahora? ¿Quizás porque el tecno pop vuelve a estar de moda?
C.V.: Yo lo he pensado. No lo sé a ciencia cierta porque no se lo he preguntado expresamente, pero me imagino que sí. Yo les expuse la situación y les dije que era una pena que no la sacaran adelante. La banda está muy viva, llevo muchos años en plan independiente, haciendo conciertos, así que mi respaldo ya lo tenían. Eso y que la coyuntura musical quizás está proclive a un retorno de lo retro.
Fuimos los primeros en editar un CD cuando ni siquiera había reproductores de CDs en España


NTD: Lo bueno es que esta reedición no sólo sirve para hacer justicia y contentar a los fans, sino que al estar por primera vez los álbumes en digital, los acerca a las nuevas generaciones.
C.V.: Claro, es que antes no existían, no se podía escuchar. Sólo quedaban vinilos en el mercado de segunda mano, y el que pillaba por casualidad una copia de CD de Suspense de la primera edición pagaba hasta 600€, porque se hicieron 500 nada más. Volaron y ahora mismo es un objeto de deseo total.

NTD: Supongo que tú tendrás la tuya.
C.V.: Yo tengo una y la guardo como oro en paño, como te imaginarás. Así que para las nuevas generaciones es un momento de descubrir todo eso, además con un sonido muy actual.

NTD: La mejora en el sonido es evidente, es un trabajo muy bueno.
C.V.: Hay mucha diferencia pero no se ha tergiversado el sonido, se ha mantenido la esencia. Se han potenciado los graves y se ha abierto el campo estéreo, pero todo lo demás es exacto. Es decir, que lo que hemos hecho es realzar el sonido sin alterar nada.

NTD: Además Azul y Negro siempre os habéis caracterizado por ser un grupo muy cuidadoso con el sonido, tanto en las grabaciones como en el directo.
C.V.: Ni te lo imaginas, unos perfeccionistas que damos asco (risas).

NTD: Y siempre fuisteis unos pioneros en cuanto a instrumentación y tecnologías de grabación.
C.V.: Fuimos los primeros en hacer una mezcla digital, cuando el sistema estaba comenzando y nadie sabía lo que significaba esa palabra. Nuestro tercer álbum, Digital, se llama así precisamente por eso, porque la mezcla la hicimos con esa tecnología. Y luego vino el CD. Pero no sólo eso, porque yo ya en la nueva etapa también he tenido hitos, algunos importantes. Por ejemplo, en 2003 grabé el primer disco con tecnología Dolby Surround 5.1 (ISS), aunque luego en 2005 Jean Michel Jarre dijese que él fue el pionero. Ahí tuve que levantarme y explicar que no, que había un madrileño que había llegado antes. Luego edité en 5.1 Déjà vu, un álbum doble con CD y DVD. ¡Hasta un sello de Correos de curso legal con la portada del Makes Me Happy!



NTD: Siendo siempre tan avanzados, ¿cómo ves la caída de los formatos físicos que se está produciendo ahora?
C.V.: Parece que hay un retorno, que hay mucho “friki” del vinilo. El formato está un poco denostado, qué duda cabe que lo digital impera por encima de todo. La comodidad de los móviles, del mp3, todo eso toma un protagonismo importantísimo, pero el melómano de verdad, el coleccionista, lo que quiere es un formato físico, entonces no hay que descartarlo. Ahí es donde entra la reivindicación de Azul y Negro, conseguir que se reeditase todo el material en CD, que era lo que no teníamos.

NTD: ¿Por qué crees que a Azul y Negro se le ninguneó de esa manera?
C.V.: Esa pregunta del millón es la que me hago todos los días. Yo no entiendo por qué. Lo cierto es que ya en su momento, en el mercado de la música indie, entre los Djs y locutores de radio muy estrellas parece que aquello de que un grupo estuviera en Los 40 Principales no caía muy bien. Entonces ya nos ponían el morro torcido. Y eso luego tiene sus secuelas. Quizás también el productor cae mejor o peor entre sus compañeros. Insisto, me lo pregunto todos los días, qué he hecho yo para merecer esto. Estoy orgulloso del trabajo que hicimos en los 80, y también por supuesto del de la nueva etapa que no tiene nada que envidiarle, así que no lo entiendo.

También es cierta otra cosa: los dieciocho años que llevo en la nueva etapa con mi propio sello no podía hacer más de lo que he hecho. Es decir, haces los discos, pequeñas tiradas y conciertos de pequeño y mediano aforo. Y ya, porque no tengo el dinero para promocionar. Pero lo bueno es que hemos tenido la banda viva y trabajando, y eso ha ayudado a que Universal se decida a acometer este trabajo.
Que un grupo sonara tanto en Los 40 no caía muy bien: nos ponían el morro torcido


NTD: Dicromo recopila los discos que sacasteis entre 1981 y 1986. ¿Cómo recuerdas aquella época, tanto personal como profesionalmente?
C.V.: Todo tiene sus luces y sus sombras, pero qué duda cabe que prevalecen las luces. Porque alcanzamos éxito, rozamos un poco el cielo, las nubes y todo fue muy bonito. Disco de oro, muchísimos conciertos, las vueltas ciclistas… Fue muy importante, la verdad. Cinco semanas número uno de los 40 Principales no lo tiene cualquiera, ni disco de oro, ni la sintonía de tres vueltas ciclistas a España ni el primer CD. Es un currículum largo.

NTD: ¿Y cómo acabó la relación con Polygram? Creo que por contrato teníais que sacar un disco más con ellos.
C.V.: Llevábamos ya cinco álbumes. Bueno, en realidad seis, pero el tercero al ser un recopilatorio no cuenta. Nos quedaba uno más de contrato en el año 1986, pero en ese momento la compañía ya estaba viendo que las ventas no eran lo que ellos esperaban y la curva empezaba a decaer un poquito. Entonces nos propusieron hacer versiones tecno de música clásica. Y claro, aquello era duro de roer. No porque no fuésemos capaces de hacerlo, que por supuesto que sí. La clave es que nosotros somos creadores y compositores y lo que queremos es dar salida a nuestra creación, no coger obras de otro y versionarlas, aunque sean clásicas. Yo no lo veía y Joaquín [Montoya, el segundo miembro fundador] tampoco. Entonces lo tuvimos claro, dijimos no y la compañía nos dio la carta de libertad.

NTD: El punto de inflexión de vuestra carrera fue el éxito que conseguisteis con Me estoy volviendo loco, que fue sintonía de la Vuelta Ciclista a España del 82, cuando además sólo había un canal. ¿Cómo sucedió eso?
C.V.: Fue una sorpresa para todos. Televisión española convocó en el año 1982, por primera vez, un concurso para intentar poner música de un artista español en la Vuelta Ciclista. Nunca antes había sucedido. El año anterior había sido Paul McCartney, el anterior música clásica, etcétera. Se convocó ese concurso y la compañía nuestra se hizo eco del tema. Pensaron que al ser un grupo nuevo y moderno podríamos hacer un tema. Nos lo propusieron y compusimos Me estoy volviendo loco expresamente para los ciclistas, por eso tiene esa cadencia que le va tan bien, que enganchó de esa manera desde el primer momento. La presentamos, gustó mucho y la televisión nos eligió. Hasta ese momento nadie esperaba nada, una sintonía y poco más. De hecho no estaba incluido en el LP La edad de los colores ni se pensaba prensar en disco. Pero fue tal la pegada que tuvo que la compañía reeditó el primer álbum, que llevaba tres meses solo en el mercado, incluyendo el Me estoy volviendo loco en versión maxi y quitando dos temas.

Lo sacaron con otra portada distinta a la original, que era de Tino Casal, íntimo amigo mío. Casi fue disco de oro, pero no llegó porque entre que volvieron a fabricar los discos con la canción se perdió un volumen de ventas inmenso. Lo cierto es que esa es la portada que todo el mundo conoce, la de las figuras geométricas, pero a nosotros la que nos gusta es la otra. Por eso, en este recopilatorio Dicromo hemos querido respetar la portada original, la buena, la fetén, la que habíamos preparado nosotros a conciencia con Tino.



NTD: ¿Y la portada de la caja y el libreto? ¿De dónde salen esas fotos?
C.V.: Esta es una anécdota estupenda. Resulta que cuando llegó 1984 sabíamos el título del álbum de ese año iba a ser Suspense. Así que contratamos a un fotógrafo para hacer un reportaje misterioso, en blanco y negro. Entonces hicimos esas fotos, con la chica abriendo las piernas, tumbada en el suelo como si estuviera muerta, o en otras solo enseñando un zapato. Pero en el impasse entre que el fotógrafo revelaba y hacía el proyecto nos fuimos a Londres, y ni corto ni perezoso se me ocurrió ir a una peluquería. Se ve que no me entendieron bien o que yo no supe explicarme, lo cierto es que me decoloraron el pelo, me lo pusieron rubio platino. Cuando llegué a España y me vieron los de la compañía discográfica, el flash fue tan grande, fliparon de tal manera, que pensaron aprovecharlo. Inmediatamente hicimos un segundo reportaje fotográfico y ese fue el que se incluyó en Suspense, tumbando el primero, que quedó en el olvido, nunca se utilizó ni una sola foto. Hasta ahora, que Universal me pidió memorabilia para la caja y resulta que de los tres bocetos que presentaron, todos incluían fotos de ese reportaje. Curioso, ¿no?

NTD: Cuéntame, ¿de dónde viene el nombre de Dicromo?
C.V.: Hemos querido darle un nombre particular. Dicromo es un apócope de dicromático, que significa dos colores. Así de simple.
Aunque Jean Michel Jarre dijese que fue el pionero en grabar un disco con tecnología Dolby Surround 5.1, nosotros lo hicimos antes


NTD: Parecía hacer alusión a las cintas de cassette.
C.V.: También. El nombre es muy tecno, suena como muy metálico. Nos pareció muy bonito.

NTD: Además, cada disco trae muchísimos extras, con maxis, maquetas, remezclas y versiones internacionales. ¿Guardabas tu todo este material?
C.V.: Quitando los maxis, que los tenía Universal, el resto lo conservaba yo. Y muchas versiones modernas de los años 2000 son de mi propio sello, que he licenciado amablemente a Universal para sacarlas, sin coste. Había una leyenda urbana que decía que Universal no editaba los primeros discos porque habían perdido las cintas originales, o que estaban deterioradas, pero hay que desmentir eso. Ha habido que buscarlas a fondo, pero estar estaban y en buenas condiciones.

NTD: Al final, todos lo extras ayudan a entender mejor lo que fue Azul y Negro en aquella época.
C.V.: Exacto, te haces una idea de arriba a abajo. Me gusta que haya versiones de los años 2000 porque la gente compara y dice, oye, están a la altura hoy. Aunque yo he mantenido la esencia en las versiones que he hecho, pero se nota diferencia, por supuesto.

NTD: Y esto ayuda al público a acercarse a los discos de la segunda época. Si no recuerdo mal, el último, Locations, lo publicasteis el año pasado.
C.V.: Lo tuvimos que hacer con crowdfunding, estábamos hechos polvo. Pero entre la crítica fue considerado como el mejor disco de electrónica del año 2015.



NTD: Lo que mantenéis es un grupo de seguidores muy fiel, por lo que se puede apreciar en vuestras redes sociales.
C.V.: Son pocos pero buenos (risas). Son un grupo de seguidores que es una piña, no son muchos pero son los que me han mantenido, los que han hecho posible que perviva Azul y Negro. Si no yo hubiera tirado la toalla hace ya mucho.

NTD: ¿Crees que habéis sido influencia para bandas posteriores?
C.V.: Claro que sí. De alguna manera me siento orgulloso de haber sido pionero y de haber marcado esa influencia en la música electrónica que ha venido después.
La coyuntura musical está proclive a un retorno de lo retro


NTD: Lo de ver a dos personas solas en el escenario detrás de un teclado ahora es normal, pero en los 80 no se estilaba mucho.
C.V.: Era un impacto brutal. Y además en directo total, es decir, no había ni grabaciones ni nada de nada, ni ordenadores. Lo único que había era un trigger que las cajas de ritmo disparaban. Un impulso que había que convertir en nota a base de pulsar la tecla correspondiente. No era ni siquiera el MIDI, que reconoce las notas.

NTD: En la etapa más reciente cuentas con Carlos López como compañero. ¿Qué aporta al grupo?
C.V.: En dieciocho años que llevo en esta nueva etapa han pasado varios. Uno que me gusta siempre mencionar, porque ha colaborado mucho, me ha enseñado muchísimo y ha estado siempre ahí es José Antonio Álvarez Cuenca, director de la revista Future Music. Y ahora desde hace cuatro años viene conmigo Carlos López, que era un fan de esos de los que hablábamos antes.

Cuando saqué mi álbum número doce los fans lo recibieron regular, porque rompí con todo lo que había hecho hasta entonces y compuse un disco de rock progresivo, reivindicando el guitarrista que he sido. Hice una ópera rock, Crystalline World, y Carlos López me mandó una crítica con la que aluciné. Como es de Madrid le invité a casa y aprovechando me enseñó una maqueta suya. Ahí vi ideas que estaban bien. Me quedé con ello y a los pocos meses cuando decidí hacer conciertos otra vez y necesitaba alguien que me acompañase se lo comenté y aceptó. Me aporta mucha savia nueva, energía. Yo ya estoy cansado, de vuelta de todo, como es natural, y él lo que hace es tirar del carro, viene siempre con ideas nuevas. Aparte de lo que hace como músico, claro.

NTD: Presentáis la recopilación hoy en la Sala Sol. ¿Cómo va a ser el concierto?
C.V.: Van a ser temas de Dicromo. Aunque meteremos alguna pincelada de Locations, básicamente serán los éxitos de los 80. No es un concierto completo, tan sólo tocaremos una hora, porque es entre semana y no podemos estar dos horas. Vendrán los medios, gente de la compañía y creo que va a estar muy bien.
Cinco semanas número uno, disco de oro, sintonía de tres vueltas ciclistas... ese currículum no lo tiene cualquiera


NTD: ¿Es el inicio de una gira?
C.V.: A mí me gustaría. He firmado contrato con Universal de conciertos también, lo que significa que ellos también quieren verlo. Y convencerse, porque todavía no lo han visto. Fíjate que llevo años haciéndolo pero no lo han visto. Quiero que lo vean y que se convenzan. Si les gusta por supuesto que haremos cosas.

NTD: Y además vais a tocar en un crucero.
C.V.: Sí, eso lo haremos el año que viene, del 29 de abril al 6 de mayo. Nos vamos al barco ochentero, con otros grupos como La Unión, Tennessee y alguno más.

Roberto Juanes
19.10.16

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